Intentando romper la frialdad de la pantalla – como era habitual en él – os damos las gracias por todo este afecto hacia nuestro compañero eterno, padre, y amigo que nos estáis haciendo llegar y que proclamáis con orgullo, ¡por supuesto!.

Un abrazo y salud.

Adela, Raquel, Virginia, Patricia, Jorge, Daniel

 

Nunes fotografiado por Sergio Bastida, su sobrino

 

Nunes, per sempre

Nunes ens va anunciar un diumenge al matí, a finals de l’any passat, a la tertúlia que acostumava a mantenir amb els seus amics al voltant de la parada de llibres del germans Vall, al mercat de Sant Antoni de Barcelona, que rebria una condecoració del govern del seu país natal, Portugal: Gran Oficial de la Orden Militar de la Espada de Santiago de la Cultura. Nunes, home de sensibilitat anarquista, com li agradava definir-se, profundament conseqüent amb les seves idees, ens ho va dir amb el seu somriure intel·ligent i franc als llavis, i amb una mirada irònica, però en els seus ulls s’albirava que aquell reconeixement li feia il·lusió. Perquè venia de lluny, de les arrels, de les seves, i perquè ja es veia rodejat d’amics vivint la paradoxa de ser cavaller, ell que sempre havia circulat a peu per aquesta Terra. Fa molts anys, quan va arribar a Barcelona, Nunes havia caminat amb els peus nus per les Rambles i el Passeig de Gràcia, mentre alguns intolerants –eren altres èpoques– cridaven: barbudo!, i ell, els ho retornava amb abraçades. També havia vist Nunes la ciutat de Barcelona des de la muntanya de Montjuic, on vivia en una barraca, i es va prometre a ell mateix conquerir-la. Nunes estava disposat a acceptar ésser cavaller per un motiu: aquells que li oferien de serho, ho feien de tot cor, i Nunes era incapaç d’ofendre un semblant, un igual, Nunes era «compañero»; un company que ens va fer costat sempre, no podia ser d’altra manera, venia de l’Escola –de Barcelona–, i ens va ajudar i molt a construir un Col·legi –el de directors– i una Acadèmia –la del cinema català–. També crec que ho va fer sempre amb el convenciment que necessitàvem il·lustrar-nos, més que no pas enllustrar-nos. Ell va ser sempre un ésser humà extremadament amable, ferm en las seves creences, però respectuós amb les dels altres; sabia Nunes parlar i exagerar la paraula, però també sabia escoltar
 

i, en conseqüència, es feia estimar. Aníbal Cavaco Silva, l’actual president de Portugal, finalment el va investir Gran Oficial Cavaller a l’Hotel Majestic de Barcelona, una tarda de març de 2010, i Nunes va interpretar el seu paper, tot imitant el seu amic i actor Jose Maria Blanco; és a dir, va fer un bon paper. Pocs dies després va marxar, no sense esperar que la seva família, la seva companya i els seus fills arribessin a temps per acompanyar-lo —amb tot l’amor que li tenen— per acomiadar- se. Cadascú de nosaltres tindrem de ben segur una o moltes maneres de recordar en Nunes. Jo el recordo caminant. Amunt i avall d’aquesta ciutat, Barcelona, que ell tant estimava amb un caminar llambresc, nerviós, vital. Estic segur que Nunes caminava, no per arribar abans, o amb més comoditat al llocs, sinó per tenir temps per pensar. Perquè li agradava pensar. Avui que els mitjans ens ofereixen tants intel·lectuals express, Nunes seria l’exemple de la persona que valora el pensament, la instrucció, el coneixement i la raó, i creia fermament que aquesta la podem construir cadascun de nosaltres, senzillament amb una mica de temps; un temps que ell es regalava, caminant. És difícil, sempre, dir adéu a una PERSONA que estimes, però en el cas de Nunes és impossible. Perquè sempre ens acompanyarà, perquè ha fecundat aquesta ciutat i aquesta cultura que el va acollir amb idees, amb poemes, amb pel·lícules, amb paraules, que només caldrà resseguir qualsevol tarda a la Filmoteca, en una llibreria, o en el record de tant amics i amigues que, com aquell dia que li diguérem fins sempre més, es prendran un got de vi, tot recordant el poeta i el cineasta que vàrem conèixer, i diran allò que tant li agradava al mestre: Salut! i «un abrazo».

Santi Lapeira

 

 

Compañero Nunes

            Allí donde la intuición del ser humano se pierde, donde todo es posible bajo la cegadora luz de la imaginación que todo lo cubre, descansa ahora el compañero Nunes. Para él el tiempo era relativo y gracias a esos inteligentes juegos conceptuales con los que disfrutaba tanto ‘ahora’ equivalía a siempre, a lo que fue y a lo que será, por eso bastaba coincidir con él una tarde para que Nunes te llamase amigo.
            Nunes era un portugués que hablaba catalán, un anarquista siempre inspirado, un cineasta fiel a sus ideas. Sus películas eran poemas que para poder ser escritos necesitaban los recursos literarios que sólo Nunes podía crear con la ayuda de la cámara.
            Aunque su carrera comenzó años antes, durante los años 60, como integrante de la llamada Escuela de Barcelona -de la que él siempre se sintió orgulloso-, tomó la decisión de expresarse a través del cine, no de hacer películas, ni de contar historias, y eso es a lo que se dedicó desde entonces sin desfallecer en cada una de sus cintas hasta su último trabajo Res publica.
                        Su deseo de experimentar a la hora de concebir y realizar sus proyectos le llevó a conseguir importantes avances en la forma

 

cinematográfica. Lo que algunos directores pueden conseguir mediante inversiones económicas él lo hacía jugando, disfrutando y divirtiéndose con su trabajo.
            Conocí a Nunes en 2008, hace tan solo dos años. En este tiempo nos reunimos en algunas ocasiones, y cada vez que me despedía de él con su habitual ¡Salud!, no podía dejar de pensar en cómo haría una persona de su edad para tener esa energía; y aún más, cómo era posible que un hombre de 78 años pudiese contagiar tanto entusiasmo, tantas ansias de vivir, de disfrutar y de crear a alguien que a priori estaba en la edad (26) de que todos esos impulsos vitales le salgan de manera natural.
            Todo esto y muchas cosas más hacían de él la persona a la que su familia y amigos echaremos de menos.
            Los que conocieron a Nunes saben que allí donde está ahora, es exactamente donde estuvo toda su vida, en la poesía de las calles llenas de teatro, en la música de los parques, en las tabernas color tinto, en las habitaciones de columnas blancas. Allí donde todo era vacío hasta que él llegaba, se encuentra hoy el compañero Nunes.

Alberto Berzosa

 

¡DIABLOS! ¡NUNES NO ESTÁ!

Nunes nos ha dejado. El pasado miércoles 24 le despedíamos una multitud, y otros muchos no pudieron acudir, pero también estaban allí, estábamos todos aquellos que habíamos recibido aquella carta a la que él se refería cuando hablaba de su cine: se dirigía a cada uno de nosotros desde la pantalla, con sus películas.

Soy poco amante de las necrológicas: casi siempre parten de una falta de sintonía entre los que conocieron al personaje y gozaron de su amistad y aquellos que leen unas alabanzas que pueden sonar a huecas o, peor incluso, a repetidas. Y, sin embargo, no puedo dejar pasar la oportunidad de atenuar algo el vacío que me ha dejado o que me está empezando a dejar su ausencia, el pensar que no podré volver a oírle, a verle, a abrazarle…

José María me presentaba en los últimos tiempos como “su biógrafo”, creo que el libro que escribí sobre su cine significó para él una alegría, espero que fuera así porque lo escribí para él, y, con él, para todos aquellos nunesianos que no necesitan justificar todos los planos, los ritmos, las disrupciones, los diálogos, también los tropiezos y las exageraciones de sus películas, porque todo lo que contienen esas películas no eran más que un trozo de esa intrepidez con la que me aventuré a definir al cineasta, al individuo, al amigo.

Una de las facetas más bondadosas de Nunes es que sacaba de todos nosotros lo mejor de cada uno. Todos los que le queremos tenemos nuestros recuerdos salpicados de recuerdos suyos, de anécdotas compartidas, de tertulias, de vinos, de correrías, de pensamientos fugaces, también soberbios, con los que disfrutaba como un niño. En mi caso, guardo unas cuantas de esas anécdotas, entre ellas, un paseo sublime por Lisboa, a dónde habíamos ido a presentar nuestro libro, caminamos cuatro o cinco horas por la ciudad, se paraba en los sitios más originales, contándome aspectos de su relación con Portugal, de su familia, de sus aficiones. Recuerdo cómo se acercó a la estatua de Fernando Pessoa que hay frente a la cafetería La Brasileira y se abrazó a ella, como si abrazara al mismísimo poeta. Prometo que la próxima vez que vuelva a Lisboa, abrazaré yo también a Pessoa, porqué así también le estaré abrazando a él, a través del tiempo, o del notiempo al que se refería, aquello tan bonito de que siempre hemos estado aquí, juntos, por tanto, siempre le estaremos abrazando.

Nada más, de momento. Nunes me presentaba cómo su biógrafo; por tanto, él era mi biografiado. Pero ha tenido la mala ocurrencia de dejarme solo, sin haberme instruido del todo en eso de ser intrépido. ¡Salud, amigo!

Joan M. Minguet

 

 

RETRATO EN BLANCO Y NEGRO DE JOSE MARIA NUNES

Por Francisco Ruiz Camps, Jefe de Prodcción de algunas películas de la Escuela de Barcelona (ninguna de Jose Mª Nunes).

Me leen que en internet (yo soy analfabeto interneticamente) hay unas páginas extensísimas sobre Jose Maria Nunes, con sus múltiples películas, libros y ensayos, sus tardios permios, nombramientos y órdenes civicas. Sus resplandores rambleros, su biografía y su situación anímica dentro de la llamada Escuela de Barcelona.

Todo encaja con el Gran Oficial como fundador y principal liturgo de la citada escuela. No censuraré y estaré siempre encantado entre tanto elogio y entusiasmo alrededor de su figura pero quiero hacer algunas especificaciones.

La primera que, sin Nunes saberlo, ha llevado a muchas personas a la paz de espiritu y hasta la paz económica y social. No desgranaré los nombres de sus beneficiarios por no dejar en ellos una cierta vengüenza por su falta de reconocimiento. Yo sí lo reconozco; según él era un, señorito; Así me llamaba: "señorito" y me lo siguió llamando hasta su último día lúcido.

La segunda, que no considero con total exactitud, la figura que se desprende de su biografía. Jose Maria Nunes no nació en Faro (Portugal); nació en todas partes, en todo el mundo, desde la Polinesia hasta Europa, en Barcelona, en Paris; paseó por la Ramblas, por el Barrio de los Mesones y por los Boulevares de toda Europa.

La tercera, que comprimo, estrujo y resumo su figura en estas palabras: "sabor afrutado, amable, a moras y mieles; criança en bota, un any en ampolla y de 12º a 14º C"; Apoyado de codos en el mostrador de una tasca de paredes sépia sin adornos y con una bombilla cerca del techo. El vaso de vino tinto cogido con las dos manos, delante de sus ojos y con el misticismo del oficiante en el momento de la consagración. Todo esto enmarcado, con olivas negras, es el retrato de Jose Maria Nunes.

De, aquí, de esta cuna, salen sus películas y escritos. De su condición de fundador de la Escuela de Barcelona no estoy muy convencido. En la nebulosa de casi cuarenta años de memoria , recuerdo en su rostro una sonrisa ambigua, de escepticismo y conmiseración cuando se le hablaba de este movimiento cultural. Yo no creo que fuera el fundador; era el mismo la Escuela de Barcelona; parecia que no se sentía muy a gusto dentro del mismo saco con todos los demas.

De hecho, la definición de la Escuela de Barcelona se consagró en una reunión celebrada en la entonces llamada plaza de Calvo Sotelo a la que asistian Jacinto Esteva, Carlos Durán, Ricado Bofill y tal vez Joaquim Jordá. Yo asistia como Jefe de Producción de la película que pergreñaban los asistentes más Pedro Portabella. Proyectaban la Escuela como cine distinto al de Madrid. Ahora: en que consistia la diferencia nunco se supo. Se puede deducir de la inexistencia de dinero, de argumentos transmitidos por via oral en la carencia de permisos de rodaje e incluso de exibición, el levantamiento del campo cuando llegaba un guardia y otras exquisiteces por el estilo.

En estas circunstancias sí entraba de lleno Jose Maria Nunes y dejaba su ingenio sus proyectos, dogmas y diferenciaciones, sobre todo del "cine de Madrid". ¿Que le importaba a él el cine de Madrid ni ningún otro cine?. El era Jose Maria Nunes. Y si sus películas estaban dentro de la Escuela de Barcelona, era porque él era la escuela de Barcelona, impenetrable, personal e intrasferible. Para los demás habrá que inventar otro título o sacar a Nunes de esa Escuela.

 

JOSE MARIA NUNES ENS HA DEIXAT

Jose Maria Nunes ha mort. Va ser aquest dimecres que vam acomiadar-lo al tanatori de Collserola tot brindant amb un got de vino tinto. Joan Minguet, el seu biògraf oficial, el va batejar amb l’adjectiu d’intrèpid (que no tem els perills). I li escau que ni pintat. Nunes va navegar per la filmografia catalana com un outsider, com un franctirador, a contracorrent de totes les modes, tendències i conjuntures. El seu cinema ha creat una legió de partidaris tenaços i un batalló de refractaris que mai es podran posar d’acord. El seu cinema era “l’agafo o el rebutjo”, sense terme mitjà. I la batalla per a ell en aquest sentit va ser duríssima. Em puc imaginar com Nunes havia de autoafirmar-se en el seu art per continuar fent cinema en un altre univers lluny de les platees del cinema comercial. I quan alguns companys de viatge van optar per solucions més properes a un gust general, ell es va entestar en continuar la seva obra sobre l’individu, la seva soledat, l’amistat, la sensibilitat anarquista i tot sempre amb un estil molt particular: diàlegs impossibles més propers al cinema de poesia que al cinema de prosa; plans llargs fins aconseguir el distanciament més gran que un realitzador pugui aconseguir, experimentant amb les el•lipsis, amb la continuïtat narrativa, sempre experimentant. Quan fa uns dies veia Res pública pensava per dins: “quin parell d’ous”. El gran Nunes munta una seqüència amb l’actor José María Blanco (que fa tots els papers del film) on fa en aquesta el paper de pare i fill. Nunes planteja amb gran habilitat un diàleg basat en mecanismes clàssics de camp-contracamp que malgrat l’evident ruptura de la realitat funciona a les mil meravelles. Chapeau!!

Però si hem de parlar de cineclubisme, jo m’atreveria a dir que Noche de vino tinto ha estat segur una de les pelis més circulades per les “catacumbes” cineclubistes a finals dels anys seixanta. I no només en aquell temps, sinó que a través dels anys s’ha continuat projectant com emblema d’allò que es va anomenar “Escola de Barcelona”. Jo mateix, als 90, vaig assistir a un passi del film en el cineclub Fritz Lang de la Universitat Autònoma de Barcelona del qual participava. Allà el vaig conèixer. Després, en el dinar que va seguir ja em va captivar. Recordo l’anècdota de que una de les persones del públic, una jove estudiant d’història, va venir amb nosaltres. Estava pràcticament embogida com si hagués vist la verge. No parava de comentar el film i sobretot la seqüència on Irazoqui vomita al final de la història. I a Nunes li agradava pescar al públic amb canya. D’un a un. Res de xarxes. Aquell dia en va pescar com a mínim dos.

Després vaig tenir l’oportunitat d’acompanyar-lo un munt de vegades presentant les seves pelis per cineclubs d’arreu: al cineclub Diòptria de Figueres (ens donàvem molt bé de dinar i bona companyia. Ah! La premsa local va posar la foto d’Ingmar Bergman anunciant la sessió d’aquell dia); al cineclub 24 ips de Tordera (Nunes a l’aire lliure); al cineclub de la Lira de Roquetes (va pescar un altre “peix” que més tard ens va fer anar a Tortosa); cineclub Valls, cineclub Geografia i Història de la UB; Cineclub de l’Ateneu Adrianenc,...

I aquí s’entén la vessant cineclubista de Nunes, ja que la seva relació amb el públic era molt potent. Si l’art no es pot comprendre sense l’artista, Nunes eren les seves pel•lícules però també les seves presentacions i debats. Era allà on el públic podia copsar les idees generals del món de Nunes i la seva relació amb el cinema. Un art que ell anomenava “el setè sentit, aquell que ens acosta a la intel•ligència”. Sempre explicava la història del naixement del cinema que va ser quan fa milions i milions d’any un home mirant-se en un llac es va veure reflectit. En aquell moment va se capaç de, comprenent-se a sí mateix, identificar-se amb la resta. Això era el cinema per a Nunes, un mecanisme pel qual els individus s’identifiquen entre ells, i així connectar amb la intel•ligència, amb el setè sentit. Un cant anarquista sessió rere sessió. Podeu veure’l en acció en aquest vídeo fet a Figueres

Nunes ja s’ha anat i em deixa un exemple d’home de principis, generositat, passió i entusiasme. Els amics que l’envoltaven han estat importants els uns pels altres. Lluís Valentí li va produir les seves últimes pelis, la Cristina les va muntar, els germans Valls li feien d’escorta, en Minguet el biografiava i l’acompanyava en presentacions internacionals fora de Catalunya. I segur tants altres que no conec i que conformaven el cercle nunesià.

Nunes, sant patró dels cineclubs de Catalunya.

Julio Lamaña

 

Ha muerto un hombre honrado.

Recuerdo de José María Nunes, cineasta

Acabo de oir en el telenoticias de TV3 que ha muerte José María Nunes. Un hombre de veras honrado, que tenía el cine en las venas y que, a diferencia de otros como yo, supo vivir sin venderse. "Noches de vino tinto" es una película a la que le debe tanto "El animal público", con su manera de concebir la ciudad como un orden diagrámatico, una sociedad de lugares que se relacionan entre si a través de las caminatas y los andares. Creo que fuimos un poco amigos. En diciembre del 89 le invité a presentar "Noches" en el homenaje que le hicimos en la facultad a Esteva y la Escuela de Barcelona, en la que el siempre estuvo como de paso o de prestado. Luego nos hemos ido viendo. Me invitó al estreno de "Amigogima". Recuerdo la emocionada manera de habler de su "Mañana", en el ciclo que le dedicó hace no mucho la Filmoteca. Hemos pasado cosas suyas en la Reina y hablamos más de una vez de que vendría una noche a hacernos compañía. Esta noche me iría de ronda con él. Lo haré por él.

Un beso, José María.

Manuel Delgado

 

 

Notas del disco Folio de Barry Guy:

... fue inspirado en parte por la obra de 1912 de Nikolai Evreinov “El Teatro del Alma”, cuya acción, según el libreto, se desarrolla en el Alma en el transcurso de 30 segundos ...

 

 
 
 

 

Guillermo Muiños

 

 

 

No. No te has ido.

En tu empeño diferencial, has cambiado de forma, de composición. Ahora menos física, más etérea. Un paso más en la Edad del Sol. Un paso más en el todo es ahora, en cada momento. Un paso más en la inmortalidad.

Por eso, esto es un brindis, no una despedida. Lo que ha cambiado es la manera de comunicarme contigo. Ya no hay abrazos de por medio, pero ahora, todo es inmediato, constante, interno. Casi íntimo.

Y solitario. Como la Soledad. Como la Edad del Sol.

Ahora, cuando discuto con mis palabras, cuando copio emociones con mis ojos, cuando mancho de negro un papel, siempre surge un ¡Diablos!, o un movimiento brusco e instintivo de mis manos, de mis brazos. Gestos y palabras, tuyos, que se han quedado en mí. Que ahora son míos.

Los recuerdos nunca son cronológicos. Igual que el reloj nunca marca tiempos muertos. Abrir una puerta para no entrar. Para no salir. Cerrar los ojos bien fuerte para ver con claridad. Y tú sigues recorriendo la noche de norte a sur. Tus huellas siguen visibles en las calles, en las viejas tascas… y en nosotros. Y nos has llenado el alma de vino. Tinto. Como la noche.

A veces, hay demasiado espacio entre dos palabras. Demasiado espacio entre la noche y el día. Y no me salen los silencios para hablarte. Demasiado espacio entre un paso y el siguiente.  Palabras que me faltan donde sentimientos me sobran.

Y no, no estoy sintigo. Ni tú sinmigo. Sí, abril sigue donde marzo lo dejó. Sombras. Olvidé abrir la ventana. Olvidé que siempre está abierta.

Hay cine más allá de la vida.

Y sí, es cierto, no se puede evitar que el pájaro de la melancolía sobrevuele nuestras cabezas, pero podemos, y evitamos que anide en ellas.

Salud!......... y hasta mañana.

Sergio Bastida Nunes