Autopista A-2-7      1977

Argumento, guión y dirección José María Nunes
Producción Domingo Pedret
Javier Armet
Jefe de producción Carlos Boué
Ayudante de dirección Francisco Siurana
Fotografía Tomás Pladevall
Cámara Jaume Peracaula
Montaje Ramón Quadreny
Ayudante de montaje Susana Lemoine
Maquillaje Elisa Espachs
Ambientación decorados Francesc Bellmunt
Música Javier Armet, hijo
José María Burgués
Sonido Voz de España
Laboratorio Fotofilm
Formato Color
35 mm
Pantalla normal
Duración
Intérpretes María Espinosa
Fernando Guillén
Jaume Sorribas
Montserrat Carulla
Miquel Cors
José María Lana
Carlos Lucena
Martin Huber
Distribución


  

Sinopsis


        Una familia que vive en la tranquilidad de una urbanización privilegiada, siente alterada su tranquilidad por el trazado de una nueva autopista que la separa en dos sectores.
        Coincide que el ingeniero jefe de la construcción es el padre de esa familia y muere de accidente automovilístico en uno de los tramos en obras cuando iba con su hijo segundo a la cita con un notario para invalidad por subnormalidad al primogénito que, al saberse la noticia, consciente de su responsabilidad, va a sentarse en el lugar que correspondía al padre, el jefe de la familia.


  

Notas


        Un deficiente mental sigue con prismáticos los vehículos que circulan por la autopista hasta que furtivamente llega a ver a las amigas de su hermana bañarse en la piscina. Su propia hermana le proporciona una amiga para alcanzar una madurez... sexual.
        Crash de Cronemberg se rodó veinte años después.
        Tema escabroso. Relaciones sexuales con un deficiente mental. Pero más transgresor resulta que esa misma persona acabe poniendose al frente de la familia.
        Nunes demuestra una vez más su talento como director de actores y utiliza sutiles pistas para dar cohesión a ese grupo familiar: los personajes refuerzan la sensación de familia realizando el mismo gesto en los momentos de tensión: cogerse la oreja.
        Como en toda su filmografía, el presupuesto no es que sea bajo, simplemente no existe y la escena del accidente de carretera es resuelta limpiamente, sin medios, sin trucos, únicamente con la cámara girando en el interior del vehículo.

Autopista A-2-7

  

Comentario de Nunes


    Conocía a Javier Armet de cuando empezábamos, lo intentábamos, en el Cine; seguro que en La Cubana, el bar que había al lado de Estudios Iquino y después de dos o tres casas más allá el Teatro Talía, que era de Martínez Soria y me parece que Iquino también algo socio. Luego fue Teatro Martínez Soria; años más tarde lo derrumbaron y ahora están construyendo un gran edificio de viviendas, parece. En el Paralelo, antes Marqués del Duero, esquina inicio de la calle Borrell.

        Naturalmente, La Cubana era un lugar del ambiente de nuestro mundo. Yo ya trabajaba en las películas del Estudio y Armet había hecho ya algunos papeles aunque no habíamos coincidido en ninguna de ellas; pero nos conocíamos como nos conocíamos todos, más o menos, entre los que intentábamos lograr nuestro lugar en el Cine, o en el Teatro.
            Ya ni recordaba cuánto hacía que habíamos dejado de vernos cuando supe que él estaba en Madrid haciendo personajes protagonistas, de galán joven, como era costumbre definir en el argot, que todavía se usa bastante en el Teatro, entre los mayores.
            Allá montó una productora con la que no sé si hizo alguna o algunas otras películas pero tuvo gran difusión La residencia, que dirigió Chicho Ibañez Serrador.
            Un día lo encontré de nuevo en Bacelona. Había regresado.
            No sé si la misma de Madrid, tenía una productora con un socio, al que nunca vi, que se llamaba Javier de Satrústegui, según esa placa que suelen poner en la puerta de las oficinas, con el suyo también con "de" intercalado, Javier de Armet. Me explicó que había rehabilitado, o actualizado, hay una definición para estos casos que no recuerdo cómo es, uno de esos títulos de la nobleza, o algo así, que le correspondía. Conde de Carlet. Poco utilizada para recuerdos de estas cosas casi cotilleos tengo la impresión de que la memoria no me falla. Me refiero a esto del nombre del título, claro.
            Estaban haciendo La corrupción de Chris Miller, que dirigía Bardem, con Marisol y Jean Seberg.
            Me propuso una próxima película o yo le propuse que produjeran Asesinato pluscuanperfecto. En conclusión llegamos al acuerdo de que escribiría un guión que fuera más comercial, según le pareció que podría ser la idea que se me estaba ocurriendo mientras hablábamos; una idea a la que le estoy dando vueltas desde hace tiempo, le dije.
            Una familia en la que hay un subnormal que termina siendo el jefe, ocupando el lugar del padre que muere en la carretera en construcción de la que es ingeniero cuando va al notario con el otro hijo, que estudia medicina para poder ayudar al hermano, precisamente para tramitar la incapacidad del primero y hacer eso de los testamentos a favor del que lo acompaña, que también muere.
             Y ésto es más o menos la síntesis, la sinopsis, como suele decirse, de Autopista A-2-7; ya que en el cine dicho comercial hay que contar una historia.

Rodando Autopista

            Como buen productor que se precie, según parece, Armet me hacía algunas observaciones en el desarrollo del guión, que yo casi siempre aceptaba, algunas muy acertadas, por eso de mayores posibilidades comerciales. No hubo el más mínimo conflicto. Ni en el reparto. Los actores y actrices fueron de la "Asamblea de trabajadores del espectáculo", de la que yo formaba parte. Ni en la selección de los técnicos, todos los que habitualmente colaboraban conmigo. Ni durante el rodaje, el montaje, la sonorización. Ninguna observación a lo que yo decidía hacer. Ni, cuando acabada, la vimos una mañana en el cine Alexandra. Se puede decir que Javier Armet era, fue, uno de esos profesionales a los que se podría definir como el productor ideal.
            ¡Ah! Igualmente tengo que ponderar a su socio, que ya era otro, con productora distinta, Domingo Pedret, que más tarde hizo La verdad sobre el caso Savolta, asociado con Andrés Vicente Gómez, que dirigió Antonio Drove.
            No recuerdo si Javier Armet ya había muerto. No colaboró en esta película.
            Todo ésto para seguir comentando sobre Autopista A-2-7, que tengo la impresión que nunca supe exactamente porqué le puse ese título, al que Armet insistió bastante en añadir, o como subtítulo, "Viejos caminos"; posiblemente más acertado si me hubieran dejado poner al final una frase a la que se negaron, único irrelevante incidente, por ese temor a cómo les sentaría a los de la censura. La frase era "...Y así, desde entonces, las colectividades vienen siendo regidas por subnormales".
            Tampoco sé porqué, es la única de las películas que he hecho que no se ha estrenado. Y casi seguro que habría sido la más comercial de todas; estoy convencido, aunque no entienda mucho de esto de las comercialidades.
            Ha sido la que he hecho con más amplio presupuesto. Bueno, también estuvo bien el de La alternativa. Tampoco puedo quejarme de como fue en No dispares contra mí. O sea, en las que he hecho como contratado.
            Al no haberse estrenado, Autopista A-2-7 sólo se ha proyectado unas tres veces, que recuerde; aquella primera, la acostumbrada ceremonia a la salida de la primera copia, en el Cine Alexandra, casi llena la sala, como casi siempre ocurre, aunque proyección privada para los que la han hecho, y los familiares e inevitables amigos que se enteran o a los que se les invita, pero todo el mundo se entera y en mi caso esas proyecciones han sido siempre mis mayores éxitos de público.
            Otra vez se pasó en Sitges, me parece, en una muestra que no llegaba a ser festival, de las películas hechas en Barcelona, en Cataluña, en el último año. Una tercera vez en la Filmoteca, aquí en Barcelona, en uno de esos ciclos de todas mis películas. Y nunca más se volvió a saber de esa copia, la única, creo, que se ha intentado volver a pasar en la Filmoteca, y en las de Madrid, Valencia, A Coruña, en el homenaje que me dedicó la Asociación Española de Historiadores de Cine.
            Todas las gestiones, búsquedas, han resultado inútiles. Para mayor sorpresa tampoco sé, nadie sabe, donde está el negativo. Y me imagino que todo ésto no es por algo importante, sino por algo absurdo, ridículo, cuando se sepa; como máximo, una de esas cosas que quedan retenidas por orden judicial por algún conflicto banal de intereses mal entendidos o mal resueltos.
             Algún día empezaré a hacer una investigación a fondo a ver si la descubro. Y me la apropio.