Res publica       2009

Guión y dirección José María Nunes
Producción Lluís Valentí
Fotografía Raül Busquets
Montaje José María Nunes
Foto fija Adam Llosent  
Sonido Rico Boix  
Formato Color
HDV
Duración 98 min.
Intérprete José María Blanco
Voces Belén Fabra
Alba Ferrara
Santi Lapeira
Maria Llosent
Samuel Rodas
Nuria Rodas
Distribución Valentí Films


  
Sinopsis


Cada individuo puede decidir su libertad.

Un hombre explica su suicidio, largamente meditado, como manifestación de protesta contra esta época en la que le ha tocado vivir. Intenta hacer una apología de la libertad que no ha conseguido alcanzar, a pesar de su permanente rebelión, tan solo en algunas ocasiones en las que ha amado, con las pocas mujeres que ha tenido relación, con la amistad de unos cuantos amigos y amigas; y con la familia de la cual solo le queda el padre. Es feliz cuando ya sabe que se liberará y conseguirá la absoluta libertad tan deseada.

Hasta el último momento conserva la ironía y un sutil humor.


Poster de la película

 

 

  

Notas

José María Blanco

El hombre aparece en el Holoceno.
Max Frisch nos informa de cuando desaparece.
Pero Nunes se rebela y propone decidir cuando
dar el paso final.
Darlo
no esperarlo.

Su actor / alter ego nos lo explica a lo largo de la película
que empieza con un

 

ACTOR

 

 

SOLO

 

 

 

BLANCO

 

ubícuo               inmenso            inmerso

 

rodeado de amigos recordados / presentes / ausentes del espectador
espectador amigo también  - ¡por supuesto!
a los que se dirije para comunicarles una última decisión.
Intelectual.
Humana.

Una amiga suicidada y entonces ...

insinuación y concatenación de planos e ideas. Ese perro recurrente...
asociado al primer contacto con la muerte y a un deseo.

Blanco

Piensa, habla y baila
con una
con otra
con diferente compás
vals
rock and roll ...
¡Qué más da!
¡Baila, baila, BAILA!

y se desdobla en el encuentro con el padre en un plano / contraplano simple y eficaz, sin articios digitales, en la que quizás sea la escena más emotiva de la película. De ésta, que lo es toda y de la totalidad de la obra de Nunes.

Una compacta sensación de movimiento, de trascurso, realzada por un tren que recorre la pantalla de tanto en tanto

Ocurre en él, en nosotros

Un reloj que NO marca las horas
sino un código privado.

No hay noche apenas. Puertas y ventanas se abren.
Armonía.

Escenas rodadas / rodeadas de luz

Luz,
luz,
más luz.

Claro, cómo si no enfrentarse a la obscuridad

Bajo el sol
En soledad
En la edad del sol

Una constante botella de vino tinto y un mensaje en su exterior
no escrito
hablado
de tú a tú.
A ti, a nosotros

Y sobre todo rebeldía, denuncia, asco.
Basta, basta ya.

En una secuencia donde el azar juega tanto como la necesidad
vemos al actor en una amplia habitación.
Estanterías con libros y cajas llenas de videos.
En las paredes, posters de otras películas de Nunes.
Ficción ilusoria
que insinúa el oficio del protagonista.
El cine como almacén de recuerdos.
Como juego.
¿Metalengüaje? ¿coincidencia? Algo más sencillo e inocente.

Ojalá pudiéramos ver esta película sin haber leído la sinopsis para así ir descubriendo a la vez que sus amigos, las intenciones del protagonista.

La película se cierra con una lista no exhaustiva de ilustres suicidas.
Rara vez aparece la noticía de un suicida. A no ser, claro que se convierta en adjetivo y vaya acompañado del substantivo “atentado”.
Cuando son más los suicidas. Al año sólo en España más de dos mil...

Es preciso ya que la Res publica, ese estado opresor, procure un método de suicidio.
No ya de eutanasia, no. Suicidio: Acción voluntaria de quitarse la vida.
De mantenerla hasta el final.
De no morir en vida.
De no matar en vida.
De vivir.

Yo también quiero morir como un perro.
Quizás no como Mondego pero sí como esos perros amados hasta el final
Amados también en el final
Y a los que la Res publica sí permite proporcionar una muerte digna.

 

José María Blanco


Nunes en estado puro
Jordi Batlle Caminal
La Vanguardia 6/03/10

La vejez, la soledad, la muerte, el amor, la amistad y, tema esencial de la obra, el suicidio. Alrededor de estas nociones levanta el incombustible José María Nunes otro de sus personalísimos artefactos, convocando a su actor fetiche, José María Blanco, aquí en un tour de force solitario entre soliloquios, dialógos con fantasmas y silencios y tiempos dilatados hasta casi la exarcerbación: el espectador ha de ser paciente ya en los primeros diez minutos, los que tarda el protagonista, tumbado en una cama, en abrir los ojos.
Algunas escenas (la conversación con el padre, filmada con bellos movimientos de cámara circulares, o la despedida final) prenden de veras. Pero lo que más prende es ese aire de libertad sin coartadas que sigue respirando el cine de Nunes, siempre (desde sus inicios: 1957) de espaldas a la convención, siempre sincero, de una inquebrantable personalidad.

 

Críticos y criterios
Nunes asume su libertad

   
Manuel Quinto

El Ciervo nº 709, abril 2010

 

En 1966 la distribución y exhibición cinematográficas españolas estaban a punto de hacer realidad los llamados “cines de arte y ensayo”, como consecuencia de la controlada apertura propiciada por la Ley Fraga. En el cine Publi de Barcelona se estrenaba una película independiente y personalísima de un director portugués, José María Nunes (Faro 1930), titulada Noche de vino tinto, crónica de una pareja que deambula por diversas tascas del Barrio Chino compartiendo desilusiones y soledades, interpretada por Serena Vergano y Enrique Irazoqui.
El film se inscribía en dos corrientes de la época: asimilaba el concepto de puesta en escena de Resnais y Godard y mostraba a dos personajes modélicos del “situacionismo”. En cuanto a los fermentos de la Nouvelle vague, Nunes los hacía suyos insuflándoles una carga de sentimientos personales acerca del azar y la libertad como formas de vida contra toda imposición del ambiente opresivo político y social. Y el situacionismo fue la doctrina propulsada por Guy Debord, que aspiraba a promover el cambio individual para luchar contra la mecánica absorbente de la sociedad de consumo. Su papel fue determinante en los acontecimientos del Mayo del 68 y quizá su libro fundamental fue La revolución de la vida cotidiana, del belga Raoul Vaneigem. Noche de vino tinto, con el encuentro azaroso y su conversión en travesía lúcida y, en cierto modo, sacramental, constituía una muestra de lo que tal ideología determinaba como “construcción de situaciones”.
En un momento muy concreto de las ansias revolucionarias de la juventud, Noche de vino tinto se mantuvo en cartel más de un mes.
Nunes era ya autor de una de las películas más inusuales del panorama español: Mañana, mal estrenada en 1957. Desde su llegada a Barcelona en 1947, se había formado en el oficio en los más diversos menesteres, como el doblaje en los Estudios Metro, ayudante de dirección y jefe del departamento de guiones de IFI, la productora de Ignacio F. Iquino instalada en el Paralelo.
A Mañana le siguieron una serie de films de aprendizaje y subsistencia -el más interesante de los cuales, No dispares contra mí, se inscribe en el género negro-, hasta adquirir voz propia con la ya mencionada Noche de vino tinto. Inmediata­mente a continuación rueda Biotaxia (1967), en la que aparece por primera vez su amigo y ahora alter ego José María Blanco al lado de Nuria Espert. Nunes va tejiendo una filmografía a contracorriente, que refleja una actitud radical contra el sistema cuando realiza Sexperiencias (1968) sin permiso de rodaje ni presentación de guión a censura previa, se interesa por una juventud desarraigada en busca de refugio contra la violencia en Iconockaut (1976), las viciadas relaciones familiares en la no estrenada Autopista A-2-7, la catarsis de las relaciones sentimentales en En secreto… amor (1983) y la música rock en Gritos a ritmo fuerte (1984). En todas ellas, su actriz-musa es María Espinosa.
Junto con Jacinto Esteva, Carlos Durán, Pere Portabella, Joaquín Jordá y, esporádicamente, Gonzalo Suárez, Vicen­te Aranda y Jorge Grau, Nunes forma parte de la llamada “Escuela de Barcelona”, movimiento que abarcó toda la década de los 60 y que se caracterizó por su afán experimental, su sistema cooperativo, su rechazo al realismo empobrecedor y su veneración por la “nouvelle vague”, en especial por Resnais, Godard, Rivette y Chris Marker.
Ahora, Nunes, cumplidos los 80, nos ha dejado tres películas que constituyen su testamento. Amigogima (2001) es un recorrido por lugares y un encuentro con personas que han representado momentos especiales en la vida. A la soledad (2008) constituye una travesía por el desierto, una vez que el protagonista se ha visto obligado a replegarse sobre sí mismo. Y la que se acaba de estrenar entre nosotros Res pública es un alegato a favor del último acto supremo de libertad y expresión de rechazo a una vida cada vez más cerrada y alienante. Tour de force para José María Blanco, que dialoga con el espectador, se divide en dos, habla con presencias invisibles y de despide en un convite platónico, sin lamentaciones, con la sencillez de un compañero de camino y la firmeza de quien se ha preparado para vivir su propia muerte. No estamos ni con Nietzsche, ni con Drieu LaRochelle, ni con Hemingway. Hay en Nunes una serenidad, fruto de la conciencia de que la lucha ha terminado y toda ella se justifica por sí misma y dota de sentido a la propia vida y a la de la gente que le rodea.
Res pública es un film definitivo y definitorio de Nunes, una propuesta que hay que ver para reconsiderar toda su obra. Siempre me ha parecido que el cine de Nunes vale como actitud y no como argumento, como rito, gesto a la manera de la pintura de Hartung, de los haikus o de la literatura espontánea de carretera de los beatniks. Con Nunes, la palabra valentía se despoja de sus resonancias militares, la palabra compromiso lo hace de sus adherencias a otra doctrina que no sea la del anarquismo personal y transferible.

 

 

Time out

Xavier Sáez

Que ningú no s’espanti, però és convenient advertir del caràcter volgudament i assumidament marginal de la pel·lícula. Marginalitat prové de marges, dels costats més allunyats dels sistemes, de les perifèries d’una forma consensuada de normalitat. Això, malgrat tot, no vol dir que no tingui interès. Al contrari: el que passa és que s’han de tenir en compte una sèrie de factors que fan singular l’obra que analitzem.

Nunes sempre s’ha mogut en el terreny de l’experimentació: per a ell el temps cinematogràfic va sempre lligat a les pròpies percepcions del pensament i de l’espai, radicalment allunyades del cine convencional i molt a prop d’allò que Godard diu que ha de ser una imatge: un objecte que pensi. Som davant d’un creador que ens pertorba i sacseja, que no dubta a erigir-se en una mena de franctirador cinematogràfic tot parlant del suïcidi com un acte alliberador i expressió màxima de llibertat individual. La posada en escena sorprèn pel seu ascetisme: encara que el personatge parli i contacti amb altres personatges, sempre està sol. Unes veus en off i uns cossos invisibles interactuen en un mar de records, soliloquis i converses amb ningú. Sí: tot plegat sembla un cant a la parsimònia, però té l’arravatament de la sinceritat i de l’honestedat.

 

José Durán 4/3/10

en http://jose-duran.blogspot.com/

Hoy, estreno de 'Res publica' (sin acento, del latín "res publica" = "cosa pública" y etimológicamente = origen de la palabra "república") en Barcelona -Cinemes Alexandra- y Madrid -Pequeño Cine Estudio-. A continuación, las dos primeras líneas de la sinopsis: "Cada individuo puede decidir su libertad. Un hombre explica su suicidio, largamente meditado, como manifestación de protesta contra esta época en la que le ha tocado vivir". ¿Qué más se puede decir? Cualquier añadido, sobra. Precioso. Brutal. Nunes.

'Res publica' es la última genialidad del gran maestro de la Escuela de Barcelona. Un único actor da la cara, mi hermano José María Blanco. Dos estupendas actrices, Alba Ferrara ('Animales domésticos') y Belén Fabra ('Diario de una ninfómana'), nos regalan sus voces. Ellas, insultantemente bellas. Timbres aterciopelados; flor de rocío. Él, rostro clásico del cine europeo. Amigo eterno. Él, quizá, nunca estuvo mejor. Nadie olvidará por siempre jamás al protagonista de 'Res publica'. Su voz y su mirada generan un acercamiento apasionado. Imposible asistir al espectáculo de su interpretación con ausencia de adjetivo superlativo. ¡Bravo, Blanco! Nunes, mi querido portugués, insobornable como pocos, se aleja de elementos crípticos y, más que nunca, abraza con fuerza lo divino y lo humano. Quizá, las mejores líneas de diálogo desde 'En secreto... amor'. Quizá, su mejor película desde los años 80. El productor gerundense Lluís Valentí, lo rescató de un inmerecido y profuso silencio. 'Amigogima' y 'A la soledat', nos devolvieron a un autor libre y radical. Obras irregulares, preñadas de luz y de inteligencia, algo cada vez más difícil de encontrar en nuestro cine. La tercera colaboración con Valentí transita por el fino hilo de la perfección. Imposible fijar negro sobre blanco el torrente de emoción que genera la escena "padre e hijo". Desde ya, cumbre absoluta del cine de autor contemporáneo. Nunca un hombre con barba blanca estuvo mejor jugando a ser niño. Sí, lo sé, Blanco es un niño. Sí, para él no es tan difícil. ¿La despedida? No se me ocurre forma mejor de cerrar una puerta. Al final, un nudo en el estómago provocado por los bellísimos créditos. ¿Errores? Algunos; pero, hoy no los pienso gritar. No quiero ser objetivo. Hoy, no puedo serlo. Cine en estado puro. ¡Otro cine es posible! Amén.

 

Rodaje de Res Publica. Del documental de Silvia Subirós La Edad del Sol   Rodaje de Res Publica. Del documental de Silvia Subirós La Edad del Sol

 

Article publicat a la revista Benzina n.43

David Castillo

http://blocs.mesvilaweb.cat/davidcc

 

A la Res Publica de José María Nunes una de les veuetes dels seus records li diu: “No ets massa vell per suïcidar-te? Et diran que són les xacres de l'edat. No ets massa vell? Eh? No ets massa vell?” I és que sovint s'ha volgut envoltar d'una aureola de depressió, de malaltia o d'alienació mental aquest acte voluntari de llibertat extrema. O es que algú encara pot dubtar que la llibertat és una pràctica i no només un concepte filosòfic? S'ha cantat a la llibertat, s'ha escrit sobre la llibertat, s'han fet guerres i s'ha matat en nom de la llibertat... però no és en la forma quotidiana de viure que la llibertat pren un sentit revelador i especialment significatiu? Raoul Vaneigem en el seu Avís als vius sobre la mort que els governa i l'oportunitat de desfer-se d'ella ens parlava d'un món oprimit per usurers autoritaris i ignorants, i de la possibilitat d'aconseguir mutar la crisi que ens domina en una nova vida on governi l'humanització de la naturalesa en general. Segur que el protagonista del film – i el mateix Nunes en particular, recordem la seva ja llunyana participació en les jornades llibertàries del 77 – estarien totalment d'acord amb aquest elogi a la ideologia de la tendresa, del plaer, del desig, de l'amor i del gaudi, de la creativitat... però la revolució es resisteix a arribar. I el positivisme de la implicació activa en els esdeveniments que ens han de dur la nova història sembla que ha deixat de ser eficaç. S'està instaurant el discurs de la resignació, de la supervivència, de la submissió i l'obediència que ens injecten - talment morfina – i que ens converteix en aquests morts productius i esporoguits en què ens han convertit els vencedors.
El protagonista de la Res Publica, conscient de tot plegat i amb l'esgotament dels qui han estimat la vida amb tota la seva força, decideix no participar més en aquest joc (de despropòsits) i abandonar. És l'aposta més radical d'aquells qui prenen el camí de l'exili per fugir dels esdeveniments que se'ls han tornat insuportables, que els oprimeixen. En el seu discurs final el protagonista parla de multinacionals, de capitalisme i autoritarisme, de violència i desolació, d'egoisme individualista; aquest és el panorama que contínuament se li apareix, juntament amb la decadència de l'amor i de les relacions familiars... sobreviu gràcies als records que es personifiquen i l'acompanyen en converses gratificants i complexes; tot com una llarga reflexió sobre la llibertat individual i el nostre dret a exercir-la. Algú, correctament, podrà pensar que l'actitud és legítima però covarda. En un moment del film el protagonista li fa la rèplica. Ens fa saber que encara que aparegués un motiu nou, una esperança, ja no disposa de les forces necessàries per participar-hi. És la certesa del descobriment, l'esgotament a causa d'aquest deambular sense vida el que el condueix a la mort. José María Nunes supera d'aquesta manera i de forma natural el debat sobre l'eutenasia per centrar-lo, directament i sense ambigüetats, en el dret a decidir sobre el nostre cos i les nostres accions.
Durant els noranta-vuit minuts que dura el film domina la llum, les portes que s'obren, l'alegria en el ball, el color del vi, la vertadera amistat que t'acompanya i et replica, la bellesa dels espais on revius la felicitat del retorn o del descobriment, els rellotges que han deixat de marcar les hores... tot amb un sol protagonista que també podria ser l'alter ego del director. La insinuació ens la xiuxiueja la seqüència on José Maria Blanco – l'únic actor que apareix en tota la pel·lícula – es troba en una sala enorme i va resseguint lentament els objectes que la càmera acarona. Estanteries plenes de llibres – on potser hi ha la República de Plató -, centenars de vídeos en VHS, ordinadors, telèfons, pòsters de pel·lícules destacables del director com Noches de Vino Tinto o A la soledat... és aquest el lloc de treball del protagonista? És una metàfora? Les pel·lícules com llaunes de conserves sense data de caducitat. Un magatzem de records i vivències que el pas del temps i les desviacions de la memòria capriciosa ja no podran modificar. Una reflexió senzilla i fugaç sobre la funció del cine i la seva importància? Cintes i llibres com pols que s'acumula i l'ús savi del metallenguatge com una aclucada d'ull?
En una altra seqüència - i gràcies a l'ús del pla-contraplà – J.M Blanco es desdobla per esdevenir el protagonista però també el seu pare. Aquí es reflexiona al voltant de la infància, de la solitud, del pas del temps i de la vulnerabilitat tendre dels qui han arribat a la vellesa amb l'energia necessària. Especialment intens és el moment en què el pare reviu els jocs infantils mentre li suplica que es quedi amb ell i abandoni el seu propòsit. El director ens presenta magistralment un conflicte de resolució difícil: Cal elegir entre la convicció o la renúncia. Entre el consol patern o el propi benestar. Entre la mort en vida o la mort alliberadora...El protagonista opta per reafirmar-se en la seva elecció i a través dels diversos encontres i les meditacions que se'n deriven arriba fins al dinar de comiat. La nit no ha aparegut en tota la pel·lícula, ni l'angoixa opressiva o la por pel moment que ha de venir. En aquest sentit el protagonsta ens parla amb ironia sobre la seva darrera voluntat. I el diàleg ens recorda aquella cançó d'Ovidi Montllor – Les meves vacances - on l'artista també versa sobre del destí de les seves cendres: Tot ben senzill i ben alegre, em creureu mort, jo no hauré mort, faré vacances, faré vacances...”. I arriba el dinar i la força del discurs del que ja us he parlat. Les últimes abraçades imaginàries – algunes potser un pèl forçades – ens duen la calma i la tranquil·litat d'un final feliç de llum intensa i morbositat nul·la. Aquí no hi ha mètodes eficaços ni llàgrimes, només l'alegria d'un home que decideix rebel·lar-se contra una època tot fent apologia de la llibertat.

Cioran a Yo y el mundo diu: “La vida no resiste apenas a una alta temperatura. Por eso he comprendido que los hombres más atormentados, aquellos cuya dinámica interior alcanza el paroxismo y que no pueden adaptarse a la apatía habitual, están condenados al hundimiento. En el desarraigo de quienes habitan regiones insólitas hallamos el aspecto demoníaco de la vida, pero también su insignificancia, lo cual explica que ella sea el privilegio de los mediocres. Sólo éstos viven a una temperatura normal; a los otros les consume un fuego devastador. Yo no puedo aportar nada al mundo, pues mi manera de vivir es única: la de la agonía.”.

El romanès desitja que el món entri en una llarga agonia que el resituï i faci que els seus habitants valorin la veritable vida. Segons l'autor és aquest estat fronterer entre la vida i la mort el que ens farà despertar de la letargia gris i avorrida que ens mortifica. Però el protagonista està cansat d'utopies, de canvis que només es somien, d'esperances exhaurides... La Res Publica és l'estat opressor, la fi de la cosa pública en converses amables a l'àgora de les idees i els dubtes, i la rebel·lió d'un ciutadà que cansat de perdre decideix assaborir el gust de la victòria possible. Alguns potser direu que és la fugida fàcil, però per altres pot ser un exemple de coherència i compromís.
El dia de la presentació – tres dies després que el director celebrés el seu vuitantè aniversari – José María Nunes assegurava que havia escrit el guió durant els anys 1990 i 1991. Just l'any en què Vaneigem va signar el seu llibre il·lusionador i Cioran va arribar al cim de la desesperació; i també força abans que la polèmica sobre l'eutenasia colpegés l'opinó pública i de retruc el cinema de la mà d'Alejandro Amenábar. Instants abans que s'encenguessin els llums i el creador exclamés: “Quiero dar las gracias a la compañera i li clavés un petó apassionat als llavis” van desfilar sobre la pantalla negra una llarga llista de suïcides il·lustres a qui Nunes ha dedicat la pel·lícula en homenatge. Gabriel Ferrater, Guy Debord, José Agustín Goytisolo, Marilyn Monroe, Walter Benjamin... mentre aquests noms ressonaven amb intensitat jo no podia oblidar la pregunta que l'Antoni Ibàñez ens va fer en el seu premiat poemari Una certa Penombra: Per què hi ha tants escriptors suïcides? i a la pàgina darrera també ens oferia una llarga llista com una dedicatòria pòstuma: Hemingway, Celan, Woolf, Mishima, Márai, Dylan Thomas, Pavese, Plath, Raimon Caselles, Alfons Costafreda, Sèneca, Potocki...
Encara que alguna seqüència ens pugui semblar una mica sobreactuada o excessivament teatralitzada, encara que alguna broma no aconsegueixi esbossar el mig somriure pretès, encara que l'estructura gramatical d'algun diàleg sigui errònia – o plasmi la realitat de la nostra dramàtica immersió lingüística – encara que alguna veu en off pugui fer-se feixuga i algun tòpic també s'hagi rebel·lat contra el director tot reivindicant la seva presència en el llargmetratge... no us heu de perdre la proposta. Per la trajectòria i el savoir-faire del director – membre il·lustre de l'Escola de Barcelona -, per la vigència del discurs i per la bellesa de les imatges aquesta Res Publica està cridada a ser una obra de referència.  



Rodaje de Res Publica. Del documental de Silvia Subirós La Edad del Sol

 

L'ENLLAÇ

Joan Millaret

(La crítica també ha estat publicada en el portal www.cinemacatala.nethttp://www.cinemacatala.net/PelliculesPublic2.php?id=503.)

Enmig de la clandestinitat i l’ostracisme s’ha estrenat la darrera proposta cinematogràfica de José Maria Nunes. Aquest veterà i infatigable realitzador forjat en els difícils anys seixanta barcelonins ha sobreviscut a aquests impossibles anys actuals des de la marginalitat fent un cinema rabiosament personal sense combregar en modes, tendències o filiacions. Segur que, avui en dia, José María Nunes és un dels cineastes més lliures i inclassificables de casa nostra on, no cal dir-ho, ja existeix un espai obert i transitable pel cinema experimental, anticonvencional, inquiet o qüestionador. En Nunes és un franctirador antisistemàtic, un creador nat que va completament a la seva, una mena d’eremita que viu allunyat del brogit audiovisual del moment.
Resulta tremendament recomfortant enmig de la ressaca i la salivera que provoquen els totpoderosos Oscar veure la senzillesa i simplicitat d’una cinta com “Res publica” en què es festeja amicalment i sense complexos amb la mort. “Res publica” és la història d’un home que viu des del fracàs i la desolació la mort de la seva companya, que es mostra incapaç de sobreviure i que decideix desaparèixer voluntàriament acomiadant-se del seu pare i dels amics. Un joiós document testamentari, elegíac i fúnebre en què es ret homenatge final a una llarga llista de suïcidats. Cap cinèfil podrà eludir films com “La habitación verde” de Truffaut en què el mateix director interpreta el paper d’un vidu que construeix una mena d’ermita a casa seva en memòria de la seva dona i opta per conviure dedicant-se a la preservació del record de morts il·lustres i coneguts o el film agònic i delirant “Providence” d’Alain Resnais on John Gielgud en una nit d’insomni, dolor i patiment inventa i trama històries de ficció sobre els seus fills i la jove.
“Res publica” és un clar exponent d’un cinema poètic, líric, profund i emotiu en què José María Blanco s’interpreta a sí mateix en una composició impressionant i trasbalsadora. La seqüència de comiat entre pare i fill en què el mateix Blanco interpreta els dos papers és senzillament acollonant, estremidora.

 

Rodaje de Res Publica. Del documental de Silvia Subirós La Edad del Sol

 

 

  

Comentario de Nunes

Al acabar la proyección la noche del estreno, Nunes se levanta y dirigiendose a los amigos espectadores dice:

Si alguien tiene alguna pregunta que hacer que se la haga a sí mismo; seguro la responderá mejor que yo.

Blanco esperando los comentarios de Nunes